Esther Mucientes Madrid
Madrid
Actualizado
Pongámonos en la piel de una adolescente de no más de 17 años. Intentemos imaginar sus problemas, sus conductas, sus vacíos. Pongámonos ahora en la piel de los padres de esa adolescente. Pongámonos en la piel de sus amigos, de sus amores, de sus problemas... Difícil. ¿Y si los problemas fueran mucho más que el hastío o el no saber cuál va a ser su camino?
Ni una más, la serie de Netflix que se estrena este viernes en la plataforma, cuenta eso, pero va más allá, tanto que el título lo dice todo. "Sí, es la verdad", dice Nicole Wallace (Alma), protagonista de la serie, nada más arrancar la conversación con ella. "Hacía falta que se contara lo que supone ser violada y que se hiciera como se ha hecho", afirma.
Basada en la novela homónima escrita por Miguel Sáez Carral -guionista también de la serie-, Ni una más cuenta la historia de Alma, una joven de 17 años que está a punto de terminar el bachillerato. Greta (Clara Galle) y Nata (Aïcha Villaverde) son sus dos mejores amigas; se conocen desde pequeñas, salen de fiesta y se enfrentan a los problemas típicos de su edad: dejarse de lado, celos, conflictos con sus padres, e incluso relaciones tóxicas... Pero el día que Alma cuelga una pancarta en la entrada de su instituto con la frase 'Cuidado, ahí dentro se esconde un violador', todo cambia.
El comienzo de Ni una más es el final. Hasta llegar a esa pancarta, el espectador se adentrará en lo que para Nicole Wallace es la clave de esta ficción: "(...) que esto es una cosa que pasa, que es lo que hay, que es lo que está pasando en el mundo".
Cuando el perfil @Iam_colemanmiller publica una foto con la frase "esta soy yo el día antes de que me violaran", la normalidad desaparece de la vida de Alma, de Greta, de Nata y de muchas personas más . ¿Cómo y cuándo ha sucedido esta agresión? ¿Quién está detrás de ese perfil? ¿Cuánto de verdad tiene esta denuncia y quién es la verdadera víctima?
- ¿Cómo se prepara una serie donde se tratan temas tan delicados como agresiones sexuales, violaciones, abusos...?
- En mi caso lo preparé durante dos meses con una coaching maravillosa, Jael. Yo venía muy cansada de otro rodaje y sabía que no iba a ser fácil. El personaje, las historias, sus fortalezas, sus debilidades... Hicimos muchos ejercicios de sentir física y mentalmente cómo es vivir un abuso y después existir en este mundo, que es lo más complicado.
- ¿A qué te refieres?
- A lo que supone sufrir una agresión sexual y levantarte al día siguiente y seguir como si nada, pese a que tu cuerpo sabe que sí ha pasado. Fue muy interesante, muy triste, muy duro, pero también muy maravilloso poder vivir esta experiencia.
- ¿Qué ha significado personal y profesionalmente protagonizar Ni una más?
- Personalmente ha significado el gusto de que por fin se estén haciendo proyectos así en España. Netflix ha apostado por una historia tan guay, contada por mujeres al cien por cien y hablando de algo tan importante, complicado y arriesgado de hablar. Profesionalmente, es un regalo por el equipo, por el papel. Es un caramelo.
- ¿Cuál fue el momento más duro del rodaje?
- Hubo dos. Uno fue en los ensayos. Todas teníamos que estar tumbadas y teníamos que imaginarnos que nos agredían. Fue una sensación súper difícil de procesar porque después tenías que levantarte y ser capaz de seguir con ese sentimiento. Todas acabamos llorando. El segundo fue después de lo que ocurre con el papel de Berta. Me sentía muy culpable.
- Ni una más trata las agresiones sexuales sin maquillar nada, algo que no es muy habitual en las ficciones. ¿Crees que es la única manera de que el espectador entienda?
- Pues tengo que decirte que ya era hora de que se hiciera una serie así. Tuvimos muchas reuniones al principio en las que justamente miramos con detalle eso: cómo afrontar determinadas escenas, determinadas tramas... Había mucho miedo porque es arriesgado y complicado, queríamos hacerlo bien.
Nicole Wallace (22 años) sabe muy bien lo que es meterse en la piel de una adolescente. Ha interpretado a Nora Grace en Skam España (2018-2020) y Noah Morgan en Culpa mía. Tal vez por eso o porque pertenece a la generación que está despertando lo que las anteriores durmieron, tuvo siempre claro cuál era el mensaje que tiene que trasladar Ni una más. De hecho, reconoce que para ella fue muy importante contar al cien por cien y bien ese mensaje, "porque si lo rodeábamos o lo poníamos con una capita de purpurina perdía todo el sentido".
- ¿Y cuál es ese mensaje?
- Pues que Ni una más no es una historia de buenos y malos, ni de cosas que están bien o mal, ni de víctimas o agresores, sino de mostrar que esto es una cosa que pasa, que es lo que hay, que es lo que está pasando en el mundo. Teníamos que hacerlo de la manera más honesta posible. Mira, en el cine las violaciones y abusos están muy fabricados y hechos para el cine. Es decir, nos lo muestran con un tío horrible que te coge en una fiesta, te fuerza y te vas a casa. Eso pasa, pero el 90% de los casos de violación es de alguien que conoces, de alguien en que confías. Esta serie abre mucho el debate de quién lo ha hecho mal.
- ¿Cómo se interpreta un papel como el de Alma, que es el punto de conexión de todos los demás personajes?
- Aparte de tener un guionista maravilloso [Sáez Carral], es muy importante que todas las historias tengan un punto en común para que no se pierda el foco, para que se entienda. Alma es un personaje diferente en cada una de las historias, pero conseguí que en ningún momento dejase de ser ella. La relación de Alma con cada uno y cómo le afectan las historias de cada uno es clave.
- ¿Es complicado en una serie donde se cuentan casos tan brutales no llevártelo a casa?
- Fue muy difícil. Durante los rodajes, sobre todo en uno tan fuerte como este, es muy importante que haya buen rollo, que me sienta arropada, que pueda girarme después de una escena difícil y ver a alguien en el que confío. El humor entre secuencias, las comidas con el equipo, la complicidad me ha ayudado mucho. Yo me iba a casa y no hablaba de la serie, hablaba del equipo. Y si algún día era más complicado llegaba a casa y me arropaba en mi madre y en sus croquetas.
- ¿Crees que Ni una más es una serie que deberían ver los padres con sus hijos, y viceversa?
- Cien por cien. Hay que verla juntos. Yo la vi con mi madre y con mi padre y me di cuenta que mi madre conectaba muchísimo con los padres de Alma. La serie no te dice si son mal padres o buenos padres, te cuenta lo que le pasa a una chica de 17 años y qué les pasa a sus padres.
- La serie parece una necesaria clase de educación sexual...
- Totalmente. Ojalá la educación sexual empezase antes de que viéramos una serie. Nos quitaríamos problemas de muchas cosas.
